Por: Ivonne Acuña Murillo
La exclusión de las mujeres de la vida política, primero por Aristóteles y su creencia en la existencia de dos tipos de personas: las superiores y las inferiores, y luego por los filósofos del contrato social en los siglos XVII y XVIII ha tenido dos tipos de repercusiones: la primera a nivel teórico-normativo, es decir en el "deber ser" de la democracia y la segunda a nivel de la práctica concreta de las mujeres en el ámbito político.
En el primer caso estarían:
a) El desconocimiento o ocultamiento de la contradicción existente entre la "natural" subordinación de las mujeres en lo privado y el ejercicio libre de la ciudadanía en lo público.
b) Que dentro del pensamiento filosófico liberal contemporáneo la contradicción entre libertad e igualdad y el supuesto de que las mujeres son sometidas por naturaleza, ha pasado inadvertida y ha quedado fuera de los temas tratados por los filósofos y teóricos de la democracia moderna y de las luchas por democratizar al liberalismo.
c) Los teóricos de la democracia moderna ignoran las limitaciones que la subordinación de las mujeres en lo privado, imponen al ejercicio de la ciudadanía femenina, en lo público.
d) Los teóricos de la democracia moderna, ante la "natural" exclusión de las mujeres del espacio público, no han puesto en duda la legitimidad del "deber ser" de la democracia que no toma en cuenta a las mujeres. Por tanto, no se han preocupado en proyectar un orden político alternativo. Es así que, la formulación de dicho orden es una prioridad para la filosofía y la teoría política feminista.
En el segundo caso se contempla la ambigüedad y la contradicción en el estatus ciudadano de las mujeres, ocasionado por:
a) Su incorporación al orden civil como "mujeres" subordinadas a los hombres, como inferiores a ellos.
b) Su subordinación en lo privado.
c) Una disposición menor de recursos, materiales y simbólicos, en comparación con los hombres.
d) Una experiencia histórica considerada como impropia para la participación política. El mejor ejemplo de esto es la maternidad que es vista como la antitesis de los deberes ciudadanos.
Hasta hoy estas limitaciones han caracterizado el ejercicio ciudadano de las mujeres, sin embargo, éstas han instrumentado una serie de estrategias –como las cuotas en las Cámaras-, a través de redes y organizaciones sociales y políticas, las cuales han permitido remontar, en alguna medida, los obstáculos impuestos por una concepción anquilosada de la política y sus actores ya rebasada por la misma realidad.
En este sentido, y para concluir, cabría preguntarse ¿Cuáles son los elementos que el ejercicio ciudadano femenino aportan al "deber ser" de la democracia?
Fuente: Ivonne Acuña Murillo, “Repercusiones actuales de la exclusión política de las mujeres en la teoría del contrato social de los siglos XVII y XVIII”, Revista Intersticios. Filosofía/Arte/Religión, Año 10, No. 21, 2005, Universidad Intercontinental.
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